miércoles, 15 de noviembre de 2017

ACCIONES FARMACOLÓGICAS Y APLICACIONES TERAPÉUTICAS

Estos fármacos están indicados en la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, estados de agitación psicomotora, alteraciones graves del comportamiento y trastornos neuropsiquiátricos, como el síndrome de Gilles de la Tourette y la Corea de Huntington.


Acción antipsicótica. Los antipsicóticos clásicos incisivos tienen buenos resultados sobre los síntomas psicóticos positivos. Los antipsicóticos atípicos también se muestran eficaces frente a los síntomas positivos y son los que mejores resultados tienen sobre la sintomatología negativa de la esquizofrenia. Estos efectos, junto con una menor inducción de efectos extrapiramidales, hacen que estos fármacos tengan un perfil de tolerabilidad más favorable, lo cual mejora el cumplimiento terapéutico y disminuye las recaídas.



La mejoría de los síntomas negativos puede suponer a largo plazo una mejoría de la calidad de vida de los pacientes al mejorar su capacidad para desarrollar sus funciones sociales y laborales. En el tratamiento de la esquizofrenia refractaria o resistente al resto de los antipsicóticos está indicada la clozapina. Los neurolépticos depot o de acción prolongada están indicados cuando el paciente tiene historia de no cumplir con las pautas del tratamiento por vía oral y también en los casos de evolución crónica que exigen tratamientos prolongados o crónicos por la comodidad de administración.

ACCIÓN SEDANTE.
Los antipsicóticos más sedantes son las fenotiazinas (especialmente la clorpromazina y levopromazina) entre los clásicos y la olanzapina y la quetiapina entre los atípicos. En pacientes con hiperactividad, agitación y/o violentos están indicados los antipsicóticos con alto poder sedante.

ACCIÓN ANTIEMÉTICA.


La clorpromazina.

ACCIÓN ANTIÁLGICA.


La levopromacina está indicada en algias graves y/o dolor crónico.

ACCIÓN HIPNÓGENA.


La levopromacina, quetiapina y olanzapina por sus efectos sedantes.

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