Acción antipsicótica. Los antipsicóticos clásicos incisivos tienen buenos resultados sobre los síntomas psicóticos positivos. Los antipsicóticos atípicos también se muestran eficaces frente a los síntomas positivos y son los que mejores resultados tienen sobre la sintomatología negativa de la esquizofrenia. Estos efectos, junto con una menor inducción de efectos extrapiramidales, hacen que estos fármacos tengan un perfil de tolerabilidad más favorable, lo cual mejora el cumplimiento terapéutico y disminuye las recaídas.
La mejoría de los síntomas negativos puede suponer a largo plazo una mejoría de la calidad de vida de los pacientes al mejorar su capacidad para desarrollar sus funciones sociales y laborales. En el tratamiento de la esquizofrenia refractaria o resistente al resto de los antipsicóticos está indicada la clozapina. Los neurolépticos depot o de acción prolongada están indicados cuando el paciente tiene historia de no cumplir con las pautas del tratamiento por vía oral y también en los casos de evolución crónica que exigen tratamientos prolongados o crónicos por la comodidad de administración.
ACCIÓN SEDANTE.
ACCIÓN ANTIEMÉTICA.
Los antipsicóticos
más sedantes son las fenotiazinas (especialmente la clorpromazina y
levopromazina) entre los clásicos y la olanzapina y la quetiapina entre los
atípicos. En pacientes con hiperactividad, agitación y/o violentos están
indicados los antipsicóticos con alto poder sedante.
La clorpromazina.
La
levopromacina está indicada en algias graves y/o dolor crónico.
La
levopromacina, quetiapina y olanzapina por sus efectos sedantes.
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